Al levantarnos, fuimos directos al desayuno de 1€ (si, por un euro más). Nos quedamos tranquilamente desayunando mucho más tiempo del que teníamos planteado pero muy a gusto.
Cuando salimos del hotel, nos fuimos a dar una vuelta por Kaunas.
Justo cuando estábamos tomando una cerveza y algo de comer, empezó a nevar. Cuando volvió a salir el sol, decidimos que era el momento de ir hacia Vilnius (en tren es una hora).
Hicimos el trayecto desde la estación de tren hasta el apartamento andando con las maletas. Fue todo un acierto.
Al anochecer, nos fuimos a probar comida típica lituana a Forto Dvaras. Después de cenar, nos fuimos a dormir con una preciosa luna sobre el rio.